Después de haber resuelto el pequeño incidente con sus ovejas en el acertijo anterior, Carmen decidió tomarse unas vacaciones en la lejana isla de Ovejaria. Tal y como descubrió al llegar a la isla, los habitantes eran unos grandes amantes de las ovejas. Tal era su pasión, que Carmen decidió quedarse allí a vivir para siempre. Sin embargo, para hacerlo tenía que pasar una prueba en la que demostrase que podía comunicarse con las ovejas. Tras haber estado entre ovejas toda su vida, pensó que sería pan comido.
Se le informó que a la mañana siguiente sería llevada ante tres ovejas llamadas Beeuna, Beedos y Beetres. Sus nombres no eran casualidad, pues eran tres hermanas: Beeuna era la mayor y Beetres, la menor. Además, las ovejas podían hablar y comunicarse con normalidad. Beeuna siempre decía la verdad, Beetres siempre mentía y Beedos era más juguetona y a veces decía la verdad y a veces mentía. Por desgracia, las ovejas no llevarían ningún distintivo y Carmen no tendría modo alguno de saber cuál era cuál.
Carmen podía formular una pregunta de tipo Sí/No a una de las ovejas y, al final, debía elegir a una de ellas de tal manera que NO fuera Beedos. Por suerte, disponía de toda la noche para pensar en una pregunta apropiada.
¿Qué harías si estuvieras en el lugar de Carmen?
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