Dentro de 11 minutos tienes que retirar la pizza del horno. El problema es que no tienes otra cosa para medir el tiempo que dos relojes de arena: uno de 3 minutos de duración y el otro, de 7.
SOLUCIÓN: debes darles la vuelta a ambos relojes para que empiecen a correr. A los tres minutos, le das la vuelta al reloj pequeño, que acaba de terminarse. Al cabo de tres minutos más, vuelves a darle la vuelta al pequeño. Un minuto después (en total llevamos siete), se termina el reloj grande y le das la vuelta. Dos minutos después, se termina el pequeño, pero en vez de volver a girarlo, el que giramos es el grande, que lleva gastados dos minutos y, por lo tanto, al invertirlo, le quedarán dos minutos. Cuando se acabe, habrán pasado los once minutos.
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