Una de las primeras cosas con las que Alicia se encontró al otro lado del espejo fue un gran tablero de ajedrez, que se extendía por dondequiera que mirase.
Como es habitual en todo tablero, había dos bandos: las piezas blancas y las rojas. Según le reveló Humpty Dumpty a Alicia, todos los enunciados que hacían las piezas rojas eran verdaderos y los que hacían las piezas negras, falsos. Alicia no entendía muy bien qué era esto de los “enunciados”, pero le quedó claro que las piezas negras mentían y las rojas decían la verdad. Aquello le pareció ciertamente sorprendente.