Durante mi Erasmus en Gales hace casi 5 años, recibía decenas de emails masivos diarios en mi correo universitario. La mayoría carecía de interés para mí o se trataba de simple publicidad. Pero un día recibí un email diferente...
Se trataba de un ejemplar en pdf de una revista matemática llamada "Chalkdust Magazine". Le eché un vistazo rápido y decidí que me la guardaría para leer más adelante, cuando no tuviera tantos trabajos por entregar. Justo antes de cerrar el archivo, vi una sección que llamó mi atención.
Era una cruzada numérica gigante que ocupaba una página entera. Hasta entonces, sólo había visto unas poquitas cruzadas de este tipo en un libro de Eric Emmet y eran pequeñas: 3x3 ó 5x5. Como es natural, me encantó la idea de poder resolver esa maxi cruzada, pues las que había hecho hasta entonces me habían encantado. Pero, como he dicho antes, estaba liado con trabajos y tuve que dejarlo para más adelante.
Meses después, cuando estaba preparandome para terminar mi Erasmus y hacía limpieza en el correo para ver si había algo que quisiera conservar, redescubrí este email. En cuanto tuve ocasión, imprimí la cruzada y me puse manos a la obra.
No me esperaba que fuera tan complicada, ya que las que había hecho hasta entonces se podían resolver en 5 minutos. Para ésta, dediqué varias sesiones repartidas en varios días. Era asombroso ver cómo se entrelazaban los números y que, a veces, lo único que se podía deducir de una pista era que el tercer dígito era un 3, un 6, un 7 o un 8, por ejemplo. Y, a partir de eso, podías deducir que 4H (4 horizontal) no era múltiplo de 5 y, por lo tanto, que la suma de las cifras de 18V (18 vertical) era menor que 10. Un pequeño detalle te llevaba a otro y a otro y a otro. Y, muy poco a poco, se iba rellenando la cuadrícula.
Para varias de las pistas, había que buscar nociones matemáticas (sobre todo, de teoría de números y, a veces, de geometría) por Internet: primos de Fermat, primos gemelos, número de vértices de cierta figura, etc.
Para otras, era necesario escribir un pequeño programa para hacer un cálculo rápido y desechar cientos o miles de posibles números que no cumplían las condiciones.
Como puedes ver, me encantó la experiencia. Después de esta primera, vi que tenían un par más de números anteriores y también las hice. Y, desde entonces, cada vez que sale una cruzada nueva, es Navidad para mí.
Creo que, a raíz de conocer las cruzadas de Chalkdust Magazine, empecé a crear las mías propias, más sencillitas, al estilo de las de Eric Emmet.
Así que, si te gustan las cruzadas que han aparecido en el blog, como ésta, sabes algo muy mínimo de programación en cualquier lenguaje (o conoces a alguien que te pueda hacer el favor para esas poquitas pistas) y te gustan las mates y pensar con lógica, estas cruzadas te encantarán.
Precisamente, la última que han publicado es más sencilla de lo normal (a mí me llevó hora y media resolverla), así puedes intentarla para ver si te gusta. Si la resuelves antes del 3 de septiembre, puedes participar en el concurso, ¡e igual te llevas algún premio!
Además, puedes echar un vistazo por el resto de la página de Chalkdust, tienen artículos muy interesantes.
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