martes, 23 de junio de 2020

Caballeros y escuderos: el robo en la fiesta

Seguía en la fiesta en la que conocí a los abogados Cornwall, en la isla de los caballeros y escuderos donde, recordemos, todo lo que un caballero dice es verdadero y todo lo que un escudero dice es falso.

Hacia el final de la velada, se produjo un tremendo revuelo. Por lo visto, los Cornwall se encontraban procesando a un alto miembro de la mafia y, esa noche, dos visitantes inesperados se habían colado para robar algunas pruebas y provocar la nulidad del juicio. Gracias a un chivatazo el día anterior, los Cornwall se enteraron de que los dos delincuentes eran hermanos y estaban especializados en los robos de guante blanco. Sin embargo, pese a todas las precauciones, el robo tuvo lugar. Uno de los hermanos tomó unos pasaportes falsificados y el otro, una lista de direcciones de casas francas.

Los abogados reunieron a todo el mundo en el salón y pidieron a tres de los presentes con una actitud algo sospechosa que dieran un paso al frente y prestaran declaración. Los dos delincuentes nunca se separaban, por lo que si uno de los tres era culpable, su hermano sería otro de ellos. Pero también era posible que los tres fuesen inocentes...

Las declaraciones fueron las siguientes:

A.— Si soy culpable, B es mi hermano o yo robé las direcciones.

B.— Si soy caballero, C es un escudero.

C.— Si soy escudero, A es culpable.

A.— C robó los pasaportes.

¿Quién robó cada cosa, si fue alguno de ellos?



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