sábado, 20 de junio de 2020

El número de habitación

Se cuenta que Rick Meyer, la gran estrella del rock, se alojó en cierta ocasión en un conocido hotel de Milán. Su intención era pasar desapercibido mientras visitaba la ciudad.

El hotel tenía 99 habitaciones, cada una con su número correspondiente del 1 al 99 pintado en la puerta.

Una mañana, al pasar por recepción, fue reconocido por otro de los huéspedes, que enseguida entabló conversación con el cantante. Se llamaba Louis y, al igual que Meyer, había decidido pasar unos días en Milán. Meyer se excusó diciendo que tenía algo de prisa y Louis respondió que pasaría más tarde por su habitación, si no le importaba. Meyer no quería ser grosero, pero tampoco quería darle el número de su habitación a un desconocido, así que le propuso un reto: Louis podría hacerle dos preguntas para adivinar en qué habitación estaba el cantante. Louis le preguntó si su número de habitación era cuadrado y si era mayor que 50. Meyer, en un intento de asegurar su tranquilidad durante los días que le quedaban, respondió ambas preguntas pero mintiendo a la primera.

Louis se marchó rebosante de alegría, pues había deducido (o eso creía él) el número correcto. Por la tarde, intentó hacerle una visita a Meyer, pero entonces se dio cuenta de que había sido engañado. Como no conocía a nadie más en el hotel, no tuvo más remedio que volver a su habitación, cabizbajo.

Al día siguiente, Meyer volvió a ser reconocido por otra de las clientas del hotel, que se llamaba Judy. La conversación fue muy similar a la del día anterior. Meyer sólo quería marcharse de allí y terminar de pasar sus vacaciones sin que nadie le molestara, así que le propuso el mismo reto que a Louis. Judy no podía creerlo: con suerte, podría adivinar el número de habitación de Rick Meyer y pasar la tarde con él. Le preguntó si el número era cúbico y si era mayor que 25. De nuevo, la estrella del rock contestó a las dos preguntas, pero mintió en la primera.

Al igual que Louis, Judy también fue capaz de reducir a un único número las posibilidades y, de igual manera, su desilusión fue mayúscula al darse cuenta del engaño. Como tampoco conocía a nadie más en el hotel, volvió a su habitación y pidió que le subieran la cena.

Mientras tanto, el director del hotel, que había escuchado las dos conversaciones y conocía dónde se alojaba cada uno, le relataba por teléfono la historia a su esposa:

—Es curioso, el número de habitación del señor Meyer es menor que los de los dos otros huéspedes. De hecho, la suma de los tres números de habitación es el doble de un número cuadrado.

—¡Gracias, querido! Ahora ya sé dónde se aloja Rick Meyer y podría ir a pedirle un autógrafo... No es que vaya a hacerlo, pero podría...

¿Y tú? ¿Sabes cuál era el número de habitación de Meyer?

PD: este maravilloso acertijo lo he tomado de Acertijos y más cosas, otro blog que tiene cosas interesantes y al que puedes echarle un ojo. Le he cambiado los ropajes al acertijo pero, en esencia, es el mismo.





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