domingo, 4 de octubre de 2020

El archipiélago temporal: la tercera isla

Siguiendo el relato de mi viaje por el archipiélago temporal, donde sus habitantes hacen enunciados verdaderos o falsos dependiendo del día, una noche entablé conversación con otro de los viajeros del barco llamado Rufus. Me dijo que era la tercera vez que hacía el recorrido en barco por todo el archipiélago temporal, que era uno de sus lugares favoritos del mundo. También me habló de otro curioso tipo de habitantes que había en el archipiélago: los laborables. Un habitante era laborable si todo lo que decía de lunes a viernes era verdadero, y todo lo que decía de sábado a domingo, falso.

Al día siguiente de visitar la segunda isla, llegamos a otra que estaba llena de bellísimos jardines. Rufus y yo nos separamos y yo pasé mi mañana intentando encontrar la salida de un laberinto vegetal en el que había entrado. Al volver al barco por la tarde, yo estaba algo desanimado por no haber podido conocer a ninguno de los habitantes de la isla, por lo que Rufus me relató un encuentro que había tenido en cierta ocasión en esa isla.

Mientras paseaba por el pueblo, se encontró con un matrimonio de jardineros que estaban podando un seto. Les dio los buenos días y les preguntó de qué tipo eran. Eso fue lo que le contestaron:

Robert.— Mi marido es laborable.

Roland.— Hoy es miércoles.

Roland.— Robert es laborable u hoy dice la verdad.

En ese momento, Rufus añadió: "Tal y como me enteré más tarde, al menos uno de los dos era laborable".

Tras unos instantes, deduje el tipo de uno de ellos y si decían la verdad o mentían. Fue entonces cuando Rufus me confesó que la conversación había tenido lugar esa misma mañana.

¿Qué puedes deducir de esta historia?


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